La noche anterior le había pedido a mi hermano Jaime por SMS las coordenadas GPS de mi hotel en Fez, ya que como ya he comentado antes, los mapas de Marruecos para el GPS no permiten navegar por calles y carreteras como los navegadores de coche. Necesitas las coordenadas del punto al que te diriges, y navegar un poco "de oído", siguiendo un rumbo en lugar de indicaciones de por qué calle o carretera seguir. Pero yo pensaba que con las coordenadas del hotel me sería suficiente para encontrarlo, aunque sea en una ciudad grande como Fez. No hizo ninguna falta: nada más entrar en la ciudad, y de la misma manera que unos días atrás cuando pasamos por Fez en nuestro camino hacia Ifrane, un tío en una motillo se me acercó, de acuerdo al guión que siempre se repite: me saluda, se identifica como amigo de los españoles, que si su hermano ha trabajado en una agencia de viajes en Madrid, que por supuesto es guía oficial y que se ofrece a enseñarnos el camino hasta nuestro hotel sin cobrarnos nada. Eso sí, se ofrece a ser nuestro guía al día siguiente, o incluso esa misma tarde, por la medina. Insiste tanto, que para no tenerlo a las nueve de la mañana en la puerta del hotel, me quedo con su número de teléfono para llamarle yo si decidíamos visitar la medina.
Después de una buena ducha y una hora descansando, bajamos a cenar, y aprovechamos para ver las fotos, y hablar con recepción para que por favor nos localizaran un guía oficial, pero de verdad. Ya en la cama, y mientras intentábamos ver una película, caímos profundamente dormidos.